Tras cuatro años de silencio creativo, Mamoru Hosoda, uno de los directores más aclamados del anime contemporáneo, vuelve a la gran pantalla. Su nueva película, Scarlet (Hateshi naki Scarlet en japonés, traducido como Scarlet sin límites), se estrenará en Japón el próximo 21 de noviembre de 2025.
Una historia de venganza en un mundo desbordado por la locura
Scarlet narra la historia de una princesa que, tras el asesinato de su padre, el rey, emprende un viaje de venganza que la lleva a despertar en «La Tierra de los Muertos», un reino sumido en la locura. En este mundo, aquellos que no logran consumar su venganza y encuentran la «insatisfacción eterna» corren el riesgo de disolverse en la nada. Así comienza el viaje imparable de Scarlet en busca de justicia y redención.
Hosoda explicó que la película se alejará de las convenciones tanto del anime 2D como del CGI de estilo hollywoodense, apostando por una estética visual completamente nueva. También adelantó que Scarlet combinará acción y romance, en una historia inspirada en un clásico de la literatura universal cuyo nombre aún no se ha revelado.
Un cambio de estación en su trayectoria
Hasta ahora, las películas de Hosoda —como La chica que saltaba a través del tiempo (Toki o Kakeru Shōjo, 2006) o Belle (Ryū to Sobakasu no Hime, 2021)— se habían estrenado en verano. El hecho de que Scarlet debute en invierno marca un cambio simbólico y temático en su carrera.
Yūichirō Saitō, productor de Studio Chizu, ha confirmado que Scarlet tendrá un lanzamiento global, con Sony Pictures involucrada tanto en la distribución como en la producción.
Una reflexión sobre los tiempos actuales
En declaraciones Hosoda explicó que la idea de Scarlet surgió en marzo de 2022, influenciado por el colapso de la unidad mundial tras la pandemia de COVID-19 y la escalada de conflictos bélicos. Para Hosoda, la película aborda la necesidad de romper el ciclo interminable de venganza y resentimiento, cuestionando si es posible superar el deseo de represalia cuando la emoción humana nos empuja a lo contrario.
«Quería enfrentarme directamente a la desesperación y al deseo de venganza que veo crecer en el mundo», comentó el director. «La paz, que creíamos sólida, es en realidad extremadamente frágil.»